sábado, 20 de octubre de 2007

LITERATURA EN EL VALLE". DEBATE. No. 4

Archivo
DEBATE No. 2 Agosto 10/07
Debate No. 3 Agosto 21/07
.
Actualización Abril 17, 2008
SE LANZÓ EN CALI el LIBRO
UN GRAN APORTE AL DEBATE
To: FABIO MARTINEZ, HERNANDO URRIAGO BENÍTEZ,
CC: Efer Arocha, Yves MOÑINO
DE: NTC
Cali, Abril 19, 2008.
Apreciados escritores y profesores Fabio y Hernando:
Atento saludo. De nuevo, nuestras felicitaciones por su extraordinario y trascendental trabajo y logro al publicar el libro CALI-GRAFIAS. LA CIUDAD LITERARIA - Cali-graphies: La cité littéraire . No hay duda que lo realizado por Ustedes, por el equipo de Vericuetos y por la Universidad del Valle es un significativo aporte al estudio, difusíon, debate y reconocimiento de muy buena parte de la literatura que han escrito poetas y narradores de la región o sobre temas relacionados con ella y de Cali específicamente.
Como antología, enmarcada dentro de miradas propias de quienes la elaboraron y en marco temático y coberturas restringidos, queda el libro a consideración de los expertos en literatura y en traducción y de los lectores comunes. Un escalón más en el debate sobre la "Literatura vallecaucana" que seguramente deberá continuar. En buena hora, con el libro se aporta, constructivamente, un "hecho contundente" - ¿una posible prueba reina?. No sólo palabras- a la polémica que sobre existencia de dicha Literatura que se había iniciado. Enriquecedor será esperar nuevos y fructiferos diálogos.
++++
.
CONTRIBUCIONES Y APORTES A LA DIFUSIÓN Y RECONOCIMIENTOS DE LA "LITERATURA EN EL VALLE" y al DEBATE.
(Actualización: Nov. 5, 2007)
ANTOLOGÍA "CALI-GRAFIAS. LA CIUDAD LITERARIA"
Antología bilingüe.*

Los escritores Fabio Martínez, Hernando Urriago y Efer Arocha acaban de concluir la Antología bilingüe "Cali-grafías. La ciudad literaria".
Esta obra, que es un homenaje literario a la ciudad, será publicada por
el Programa Editorial de Univalle http://programaeditorial.univalle.edu.co/
en coedición con la revista Vericuetos http://blogs.aol.fr/libiahb/VERICUETOS/ de París,
que dirige el escritor Arocha.

En la Antología estarán entre otros:

Fernando Cruz Kronfly, Gustavo Alvarez Gardeazábal, Marco Tulio Aguilera, Rodrigo Parra Sandoval, Harold Alvarado, Humberto Valverde, Marco Fidel Chávez, Armando Romero, Jotamario Arbeláez, Carmiña Navia, María Elvira Bonilla, Armando Barona, Cecilia Balcázar, Amparo Romero, Orietta Lozano, Julián Malatesta, Carlos Fajardo, Alejandro López, Hoover Delgado, Norman Muñoz, Omar Ortiz, Angela Rengifo, Angela Tello, Laureano Alba, Alvaro Burgos, José Zuleta, Jean Arb, Oscar Perdomo, Carlos Patiño, Antonio Zibara, Aníbal Arias, Marco Fidel Chávez, Fabio Arias, Sonia Truque, Diego Echeverri, Laureano Alba, Elizabeth Marín, Boris Salazar, Orlando López, Fernando Merino, Harold Kremer, Orlando López, Carlos Vásquez, Horacio Benavides, Pilar Quintana, Fernando Calero de la Pava, Germán Cuervo, Raúl Henao, Gerardo Rivera, William Ospina, Jaime García Mafla, … .

La Universidad del Valle, por ser una entidad pública, se exime de pagar derechos de autor. Por tal motivo se solicita a los escritores mencionados su autorización para publicar textos de su autoría en dicha antología, manifestando además que ceden sus derechos de autor.
Dirigirse a Fabio Martínez. E-mail: fabiomar@univalle.edu.co CC editorial@univalle.edu.co
---
* Publicado en NTC …-275 (Nov. 2, 2007) http://ntcblog.blogspot.com/2007_10_28_archive.html Numeral 2
.
.
"LITERATURA EN EL VALLE". DEBATE. No. 4
Octubre 20, 2007
Compilador
.
Contenido:
1.- "Carta a un licenciado iracundo." Por J. C. Londoño
2.- Complementaciones y comentarios de NTC ... . Texto de George Steiner.
3.- Textos de Carlos Vidales ( Estocolmo, Suecia) sobre el debate y esta "guerra".
4.- Otros textos y opiniones ...
5.- CALI-GRAFIAS. LA CIUDAD LITERARIA. Antología bilingüe. Homenaje literario a la ciudad de Cali. Libro de próxima publicación por la editorial de la U. del Valle y Vericuetos (París) .
.
1.- Carta a un licenciado iracundo
Julio César Londoño (JCL)
(19-Oct-2007)
Texto a publicarse en GACETA de EL PAIS de Cali el 21 de Agosto de 2007.
Agradecemos al autor el envío y la autorización para publicar su texto*.
.
Publicado con el título "Mi declaración de guerra a Fabio Martínez", en:
Palimpsesto, Blog literario de JCL en EL PAIS, Actualizado en 2007-10-21 11:53:26
http://www.elpais.com.co/blogs/principal/blog1.php?b=11&n=293
.
Palimpsesto El blog literario
Actualizado en 2007-10-22 11:01:45 /
Mi declaración de amor a Fabio Martínez
Carta a un licenciado iracundo
Julio César Londoño
http://www.elpais.com.co/blogs/principal/blog1.php?b=11&n=293
.
Fabio Martínez y Julio César Londoño
Fotografías: MIC de NTC …
.
Hace unas semanas escribí en estas mismas páginas que la literatura antioqueña y la bogotana eran mejores que la valluna. (Ver: DEBATE No. 1- Iniciación Agosto 8/07) . No esperaba que los Lloreda, gente “dura” por cierto, me aumentaran el sueldo por semejante “descubrimiento”, ni mucho menos despertar la ira santa de Fabio Martínez, un licenciado en español de la Universidad Santiago de Cali que, ofendido en lo más íntimo por mi afirmación y arropado en la bandera del Valle, se me vino lanza en ristre en la Gaceta del 5 de agosto. (Ver: DEBATE No. 1- Iniciación Agosto 8/07)
En su artículo llaman la atención varias cosas; lo primero, el lenguaje. El licenciado me llama resentido, bobo, estúpido, etc., vocablos un tanto sorpresivos en un ensayo de crítica literaria. ¡Qué va a pensar la gente, Martínez! Pueden creer que usted es senador de la República. O agitador profesional. Pueden, incluso, conjeturar que su intolerancia y sus modales explican la agresividad de esos reductos cavernarios que aún subsisten en la universidad pública, esos energúmenos que aún profesan el credo de “la combinación de todas las formas de lucha” y la “dialéctica” de las papas molotov.

Luego, ya desahogado, hizo gala de su proverbial humor, repitió sus célebres y conocidos chistes del “champús y el pandebono”, metáforas angulares de su estilo, y se refirió elogiosamente a varias autoras de la literatura de género, modalidad que desprecia en la intimidad de los cenáculos masculinos.

Luego le recordó a la audiencia que él es un viajero infatigable, un autor cosmopolita, mientras que yo soy un provinciano irredento. Tiene razón, licenciado. Los viajes son una de las tantas cosas que la vida me ha negado; el oro, en general, “que acorta las distancias como el tapiz del persa”. Lo que no veo es la relación entre el número de sellos del pasaporte y el hecho de que un autor valluno pueda escribir sobre literatura valluna. ¿Hay que viajar mucho para comprender la obra de Andrés Caicedo, digamos? ¿Conviene leerlo en francés para captar mejor la musicalidad de la jerga de los jóvenes de la época?
Dos párrafos después el licenciado vuelve a agitar la bandera del Valle, me tacha de apátrida y afirma que “los bogotanos y los paisas no son bobos y defienden a capa y espada todos sus logros”. Si entiendo bien, esto significa que para Martínez la crítica literaria es una cuestión de avispamiento, un ejercicio de marketing, pues. Y yo todo este tiempo pensando que era algo relacionado con el criterio, el análisis o la sensibilidad. ¡Eso me pasa por no viajar!


Siempre agitando el trapo albiceleste (hay que reconocer la consistencia cromática del pensamiento fabiano) me acusa de ejercer “el calibalismo, actitud que no ha permitido a la región salir del agujero negro”. Es decir, que el Valle no está como está por una conjunción de factores criminales sino por culpa de los que destapamos la “olla”. Haberlo sabido antes, licenciado, y habríamos dejado la tapa en su lugar y permitido que patriotas como usted, los cultores del periodismo positivo y la crítica avispada, le echaran sahumerio a las heces ¡y listo! Conjurado el hedor y eliminadas sus causas.
El verdadero canibalismo vallecaucano, docto señor, es el practicado por esa sociedad frívola y trepadora que cohonesta con el narcotráfico; por ese electorado cretino que lleva al poder a una dirigencia voraz; por esos profesores distinguidos que miraron para otro lado cuando una camarilla de cafres quebró la Universidad del Valle; por ese periodismo positivo que no dijo ni mu durante el saqueo de Foncolpuertos, de Emcali, de Cali y del Departamento todo a la vista de la vegetariana, a la vista de la muda, a la vista de la absorta caravana.

A lo largo de su patriótico berrinche, el licenciado me acusa de ignorar la genialidad de la literatura vallecaucana y de restringirla al nombre de Jorge Isaacs. Se lo agradezco, señor: tergiversar las opiniones del otro para atacarlas con comodidad entraña un homenaje secreto. Un homenaje mezquino pero homenaje al fin.

En mi artículo “La vallecaucana, una literatura en tono menor” ( Ver: DEBATE No. 1- Iniciación Agosto 8/07) , sólo cité once autores porque fue escrito originalmente para una publicación en la que disponía de un espacio muy reducido. Entonces decidí reseñar unos pocos autores y copiar algunos versos suyos para incitar al hombre de la calle a la lectura de sus obras, en lugar de hacer un directorio telefónico de todos los vallecaucanos que han escrito alguna página meritoria y quedar bien con todo el mundo, como hacen los críticos avispados. De pasada, aclaré que don José Eustasquio Palacios fue un adelantado del culebrón porque eso es exactamente su melodramático “Alferez real”, y proponerlo como un autor canónico es confundir a los jóvenes de una manera irresponsable.
He conversado sobre este asunto con algunos amigos: Con cautela, Sonia Truque dice que el licenciado y yo tenemos “un empate técnico porque cada uno propone un canon de once nombres exactos”. Jotamario Arbeláez reconoce la primacía de la literatura antioqueña. “Ahí no hay nada qué hacer. Cuando perdemos uno a cero –explica– podemos echarle la culpa al arbitro o a los astros o a Julio César Londoño. Pero cuando nos golean, hay que cerrar el pico y no agravar la vergüenza sacando disculpas”. Harold Alvarado Tenorio asegura que el licenciado está dolido porque no lo incluí en el “cuadro de honor” de la literatura vallecaucana. Fernando Vallejo cree que la furia del licenciado no es causada por esta exclusión sino “por el fracaso comercial y literario de sus libros. Martínez parece empeñado en fracasar minuciosamente en todos los géneros. Sus libros decaen al principio”.

Yo no lo creo así. Martínez se encuentra más allá del bien y del mal y debe estar acostumbrado a que lo ignoren. Sabe que “la derrota tiene una dignidad de la que carece la ruidosa victoria”. Además él es un ciudadano del mundo y en el fondo desprecia su tierra; quizá por eso su artículo está lleno de alusiones despectivas al Valle, a su clima, sus ríos, sus montañas y sus alimentos.
Al final del artículo, el licenciado me invita a que “hablemos seriamente de literatura”. Yo no creo que él pueda hablar seriamente de nada; a los sumo podrá hacerlo a la académica manera, es decir, con profusión de ismos y fechas en una prosa reseca y desangelada. Salamanca non da, Martínez, no insista.

Además, yo no sabría con cuál de los Martinez que conozco voy a discutir: ¿con el que intentó sobornarme incluyéndome en la antología “Cuentos sin cuenta”? (nótese la agudeza del juego de palabras). ¿Con el que me regala sus libros con dedicatorias floridas y cóncavas reverencias, o con el que me descalifica por provinciano? ¿Con el misogino recalcitrante de los conciliábulos masculinos o con el profesor políticamente correcto que pondera las obras de los negros, los indios, las mujeres y los jovenes?

Para ser franco, debo reconocer que envidio su posición en esta polémica, licenciado. Mientras mi tesis es obvia, la suya es audaz; proponer que la literatura del Valle es tan rica como la antioqueña es un desafío tan estimulante como tratar de demostrar que la literatura suiza es superior a la inglesa. Si no fuera por la indignación con que usted la sostiene, juraría que está bromeando.
.
OTRA PROPUESTA DE SELECCIÓN ...
Eustaquio Palacios, Jorge Isasacs, Margarita Gamboa, Enrique Buenaventura,
Mariela del Nilo, Gustavo Alvarez Gardeazábal, Julio César Londoño y Andrés Caicedo.
Pendones que se colocaron durante los meses de Agosto, Septiembre y Octubre de 2007 en la fachada a la Calle 5a. del Centro para la Ciencia, la Cultura y la Educación (Biblioteca Departamental) de Cali.
Más adelante, a la izquierda, los textos publicados en los pendones.
Fotografías: MIC de NTC … , para esta edición virtual tomadas de: http://ntcpoesia.blogspot.com/2007_10_12_archive.html
(Clic sobre las fotografías para ampliarlas. Clic en "Atrás" para volver aquí)
.
Con todo, y para no dudar de su inteligencia, estoy seguro de que en el fondo usted no puede creer que nuestro “equipo” (Jorge Isaacs, José Eustaquio Palacios, Mariela del Nilo, Enrique Buenaventura, Fernando Cruz, Gustavo Álvarez, Jotamario, Andrés Caicedo, Harold Alvarado, Horacio Benavides) sea comparable al formado por los mejores escritores antioqueños.

Veamos.
Tomas Carrasquilla no es inferior a Jorge Isaacs, con la ventaja de que nunca pretendió demostrarnos, como el autor de la María, que los esclavos eran felices con su condición ni que la religión católica fuera una bendición del cielo. De ñapa, Carrasquilla nos dejó un corpus importante de ensayos críticos. En el Valle nunca tuvimos un filólogo de la estatura de Baldomero Sanín Cano. Nuestro pensador más importante, Estanislao Zuleta, era paisa. Tenemos buenos ensayistas, sin duda, pero hay que aceptar que ninguno tiene la gracia ni la diversidad de los ensayos de Antonio Vélez. Ningún vallecaucano ha sido postulado jamás, como Fernando González, al Premio Nobel de Literatura (la postulación del pensador antioqueño fue presentada por Thorton Wilder y Jean Paul Sartre en 1960. Cuando la Academia Sueca de Letras le pidió un concepto sobre González, su par colombiana respondió postulando a un discreto filólogo español, Ramón Menéndez Pidal).
Sumando los mejores poetas vallecaucanos de la primera mitad del siglo pasado (Nieto, Llanos, Gamboa, Villafañe) no se hace un verso de Barba Jacob. Nadie ha escrito aquí, como León de Greiff, con todo el castellano. Aunque más agudos que sus antecesores, nuestros poetas contemporáneos no se equiparan a Jaime Jaramillo Escobar, Juan Manuel Roca, Darío Jaramillo Agudelo, José Manuel Arango y Piedad Bonnett.

Se necesita un poderoso acto de fe para creer que Andrés Caicedo será algún día tan importante en la literatura colombiana como ya lo es Gonzalo Arango. No tenemos columnistas tan originales como Luis Tejada o Eduardo Escobar, ni un narrador que pueda compararse con Fernando Vallejo. Ni me molesta. Soy ante todo un lector y no me importa de dónde vengan los buenos libros: de Antioquia, del Mississippi o de Sri Lanka. Pero como también soy un crítico, a ratos hago ejercicios de literatura comparada y emito juicios de valor; es sólo que, a diferencia del licenciado, suelo acompañarlos de argumentos, no de consignas.
---
Comentarios en el blog de JCL en EL PAIS
+++
2.-
* NTC … ha lamentado y no ha compartido apartes de los textos de este debate que considera innecesarios y ofensivos, incluídos varios de los de esta Carta. Nada agregan a un diálogo abierto y amistoso ( “sin sectarismos pero sin ambigüedades”) que nos permita descubrir, valorar e impulsar la literatura de escritores vallecaucanos.
A estas alturas del partido, traemos a cuento lo expresado por George Steiner: “la crítica literaria debería surgir de una deuda de amor” y a lo cual hace referencia este texto:
.
Sospecha del desastre.(Primera)
Jesus Silva-Herzog Marquez/
Publication: El Norte (México D.F., México) Publication Date: 07/29/2002
http://www.accessmylibrary.com/coms2/summary_0286-5342972_ITM

George Steiner coloca un bulbo de luz como primera línea de su ensayo sobre Tolstoi y Dostoievski que acaba de reeditar Siruela. "La crítica literaria debería surgir de una deuda de amor". Es ese adeudo el que ha de impulsar a quien dedica su vida a escribir sobre escrituras. Esta carga del adeudo es lo que ha de impulsar al crítico que, al terminar de leer una novela, no es el mismo que era antes de encontrarla. La pieza lo transforma, lo alimenta.

Después de ver un cuadro de Cézanne, escribe Steiner, vemos las manzanas de un modo totalmente nuevo, como si nunca hubiéramos visto una manzana verdadera. Steiner dice esto porque la crítica contemporánea confunde su tarea con la labor del demoledor de estatuas. Los biógrafos se han convertido en mineros de vicios y debilidades. La industria de la crítica aparece como escopeta del escándalo. El gran héroe es exhibido como un cobarde, el novelista genial es un plagiario que golpeaba a su mujer, el arquitecto admirado por todos resulta un alcohólico que odiaba a los negros.

Si antes se trataba de volver santos a los hombres ilustres, hoy parece que la tendencia es exactamente la contraria: todos los hombres, empezando por los filósofos, los artistas y demás prohombres, son cerdos.

El "recreador arte del crítico", dice Steiner, es una celebración, nunca una denuncia. No lo es porque el crítico no pierde el tiempo en lo que no vale; su atención se fija únicamente en las obras maestras, en las creaciones perdurables del arte. De las malas novelas que aparecen todas las semanas se ocupan los reseñistas, no los críticos.

La crítica es un fruto de la admiración. El crítico es un mediador entre el genio y el público. "Sólo a través del amor por la obra de arte, sólo a través del constante y angustiado reconocimiento por parte del crítico de la distancia que separa su arte del arte del poeta, puede tal mediación ser realizada". El crítico, atestiguando y apreciando el genio, lo revela al público, lo comunica, lo enaltece.

¿Qué luces arroja esta reflexión sobre la naturaleza de la crítica política? Muchos podrán decir que, aunque el crítico literario analice un soneto y el crítico de la política un acto de imperio, la semilla es idéntica. Bajo esa mirada, el crítico del poder sería también un amante con deuda. Un hombre que ama a la democracia, la independencia, la justicia y escribe para enaltecer el objeto de su amor y defenderlo de todas sus amenazas: el despotismo, la sumisión, la arbitrariedad. El crítico de la política será entonces, igualmente, un admirador que protege y que celebra. Un guardián que resguarda la joya o un soldado que combate a los malignos.

Pero lo que es devoción vital en el crítico literario se vuelve dogmatismo ciego y nocivo en el crítico de la política. No pienso solamente en el observador que se casa con una idea, un partido, una iglesia que cree portadora del valor que ama. Esa es clara, abiertamente una abdicación del propósito crítico y una afiliación plena a la práctica. Pienso quién, sin entregarse a grupo o jefatura alguna, ha dejado de someter sus ideas amadas a examen. El demócrata que no acepta los vicios de su amada, el justiciero que no se detiene para analizar las consecuencias de sus prescripciones, el revolucionario que no duda de sus deberes de aniquilamiento. Del amor no puede nacer el impulso del crítico de la política. Tocqueville lo entendió mejor que nadie: la adhesión a las causas políticas (la democracia por ejemplo) sólo puede ser una adhesión moderada, nunca una pasión desbordante.

Tampoco nace del odio, que es igualmente idealización del otro. Si el amante sólo ve rasgos hermosos en su amada, el odiante sólo encuentra facciones repugnantes. La crítica de la política no puede nacer del odio al poder. Quien lo odia no hace el menor esfuerzo por comprender sus razones; simplemente lo acusa como origen del mal. El anarquismo es por eso una crítica tan honda que termina vaciándose. Abominando al poder, ignora todo lo que el poder importa. ¿De dónde viene entonces el primer aliento de la crítica política? No proviene de una fe -ni la del amante ni la del odiante- sino de la sospecha.

Es una espina, una intuición, una sospecha lo que despierta la crítica política. No es el impulso de rendir un homenaje, ni la gratitud del admirador lo que la aviva. La crítica política no puede ser en ningún momento celebratoria. Aunque haya en política muchas cosas que celebrar, el festejo no puede engullir en ningún momento el recelo crítico. Hasta el más delicioso pastel de la política contiene gusanos. En política no hay obras perfectas a las que podamos entregarnos devotamente. Ha habido Napoleones, pero no Bachs ni Shakespeares.

La crítica nace de la sospecha porque no arranca en la certidumbre. El crítico empieza a escribir porque intuye, no porque sabe. El crítico no es un relator de incidentes, es un antipático evaluador. No le interesa lo que pasa sino el significado de lo que pasa. Como cualquier crítico, el crítico de la política trata de aclarar el caos de significados que es el mundo. Discernir entre lo importante y lo trivial, lo nocivo y lo benéfico, lo útil y lo dispendioso, lo real y lo fingido. Lo hace siempre con un ojo al futuro. Y si volvemos al primer impulso, ése que inquieta a Steiner para el caso de la crítica literaria, el marco de esa mirada es la sospecha, no la esperanza. La incertidumbre que acompaña el futuro no es la imagen de un jardín futuro, sino la posibilidad del desastre.

La posibilidad del desastre, digo. No su inminencia ni, mucho menos, su inevitabilidad. La política es siempre amenaza. Porque tiene como arma peculiar la violencia del Estado, está en todo momento a un paso del abuso, a un milímetro del exceso o a un segundo de la ineficacia. Pero es una amenaza de la que no nos podemos librar. La política, a diferencia de la literatura, no es puente a la belleza o a la verdad. La política tampoco es ruta hacia la felicidad. Si acaso, es resguardo de libertad y de orden. Es ejecución imperativa, es coacción, es violencia. Por eso el crítico, pinchado por la intuición de ruina, no ve en el Estado la escalera de la salvación.

¿El crítico es entonces un pesimista? No: el pesimista no es un crítico, es un hombre de fe. El pesimista idealiza la catástrofe a tal modo que la cree inevitable, que cree solamente en el infinito progreso de la decadencia. El crítico, muy por el contrario, piensa que la catástrofe es sólo una de las posibilidades del futuro. Las cosas pueden torcerse y llevarnos a la ruina... pero también pueden enderezarse. El crítico mira al desastre no para conducirnos hacia él sino para tratar de rehuirlo. Así podría concluirse: la crítica política debería surgir como una sospecha del desastre.
---
Otro texto
Santos o demonios
Tolstoi o Dostoievski, George Steiner, Trad. Agustí Barra, Ciruela, Barcelona, 2003, 372 págs.
Por Guillermo Saccomanno
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/libros/10-1035-2004-04-29.html
La armazón de la poiesis ha sido siempre teológica. En Esquilo, Dante, Rembrandt, Bach hay un compromiso con lo trascendente. Mientras que el ateísmo auténtico ha sido inusual, no así la burla ante la hipótesis de Dios. “El muy cabrón no existe”, dice Beckett. Pero cabe preguntarse cuál sería la contrapartida atea para un fresco de Miguel Angel o para El Rey Lear. Esta inquietud metafísica preocupó a George Steiner (1929) en Gramáticas de la creación, su último libro, pero estaba ya incipiente en Tolstoi o Dostoievski (1959), tal vez el más apasionado, riguroso y completo estudio de los dos escritores rusos, felizmente reeditado ahora.

Steiner cree que “la crítica literaria debería surgir de una deuda de amor”. La función del crítico no es distinguir entre lo malo y lo bueno sino entre lo bueno y lo mejor. Steiner conviene con Henry James en que la épica es “imaginación del desastre”. Los narradores maestros son quienes tuvieron y tienen conciencia del peligro, del temblor del edificio social y, con frecuencia, suelen parecer visionarios del Apocalipsis. Steiner rescata una idea de D.H. Lawrence: “Para ser artista uno ha de ser terriblemente religioso”. Y la transforma en filtro para su lectura.
+++
3.-
*** From: Carlos Vidales < carlos@bredband.net > Estocolmo, Suecia.
http://hem.bredband.net/rivvid/ , http://hem.bredband.net/rivvid/carlos/VIDAL01.HTM#sonetos
Date: 20-oct-2007 16:59
Subject: SV: "LITERATURA EN EL VALLE". DEBATE. "Carta a un licenciado iracundo". Por Julio César Londoño.
To: NTC
ntcgra@gmail.com

Este debate es verdaderamente lamentable. Los contendientes no parecen muy interesados en discutir cuál literatura es mejor, si la del Valle o la de Antioquia (¿a quién diablos le importará eso?), sino más bien en determinar cuál de los dos es más idiota. Todo se va en descalificaciones personales, sátiras y dardos contra el adversario. De literatura, nada.

Análisis literario, cero. El contexto histórico y social que determinó la formación de la literatura de Isaacs, o la de Carrasquilla (aunque solamente fuera para mostrar que, como cualquiera entiende, cada literatura es producto de condiciones históricas, sociales, políticas y culturales concretas), de eso, ni la sombra. ¿Un poquito, siquiera de argumentación sobre el género literario, la forma, el estilo, las influencias, las innovaciones, lo que cada uno aporta o no aporta a la creación literaria? No, ni pensarlo. ¿Ironías?, Sí, algunas tontísimas, como aquella de comparar la literatura suiza con la inglesa, sin pararse a pensar que son dos historias sociales diversas y que, por otra parte y por eso mismo, unos cuantos suizos se catalogan como franceses como, sin ir más lejos, un tal Jean-Jacques Rousseau, sin cuya influencia ideológica Bolívar no sería Bolívar (hay que relacionar al tal Rousseau con la historia de la aldea local, porque si no, no entienden de quién estoy hablando. Se pronuncia Rusó).

Sus debates, estimados amigos Londoño y Martínez, nada tienen de debates literarios. Si mencionan escritores es solamente en relación con anécdotas interesantes para un cursito venenoso de tercero de primaria, pero no con análisis del texto poético, del discurso narrativo o de las técnicas y niveles literarios. Si citan a otros intelectuales, es solamente para constatar que "ese está resentido porque no lo citan", o "ese otro es un fracasado", etc.

Díganme, francamente: ¿tan degradada está la inteligencia en Colombia que para discutir sobre literatura necesitamos ahora hacerlo en tertulia de paracos intelectuales?

Yo pregunto, simplemente. A ver cuántas injurias vienen con la respuesta.

Carlos Vidales
Estocolmo, Suecia.
http://hem.bredband.net/rivvid/ , http://hem.bredband.net/rivvid/carlos/VIDAL01.HTM#sonetos
---
*** A propósito de : “Mi declaración de guerra a Fabio Martínez”
SV: ¡¡¡GUERRA!!! ...
De: Carlos Vidales ( carlos@bredband.net )
Enviado:domingo, 21 de octubre de 2007 09:18:50 p.m.
Para: NTC ( ntcgra@gmail.com )
Claro, por supuesto!
En Colombia sabemos declarar la guerra. Lo que no hemos aprendido es a declarar la PAZ.
Y esa rara especie biológica que se autotitula "intelectuales" es la primera en llamar a las armas en mi país. Por motivos fútiles, personales, prescindibles, pueriles.
Nos queda el consuelo de que, por lo menos, Don Quijote de la Mancha tenía motivos nobles y altruístas para declarar sus guerras:
"En esto, descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo; y, así como don Quijote los vio, dijo a su escudero:
–La ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear, porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta, o pocos más, desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer; que ésta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra."
Pos eso. Carlos Vidales
---
LA GUERRA SEGÚN RABELAIS

Por Carlos Vidales < carlos@bredband.net >
para NTC
fecha 22-oct-2007 14:03

Ahora que se inicia en Colombia una nueva guerra civil (esta vez entre los partidarios de la literatura antioqueña y los defensores de la literatura vallecaucana), es oportuno, me parece, recordar las sabias crónicas de guerra de Monsieur Francois Rabelais (por favor, intelectuales, pronuncien "Rabelé"). Como algunos saben, Don Francois Rabelais fue un clérigo, médico, bebedor y calavera nacido en La Devinière (Francia) en 1494 y muerto en París (también Francia) el 9 de abril de 1553. Estudió medicina en Montpellier donde fue compañero de Nostradamus (a ese sí lo conocen, ¿verdad?) y compañero de tertulias y borracheras del erudito editor Etienne Dolet.

El caso es que Rabelais escribió un libro fenomenalmente divertido y monumental, dividido en varias partes muy grandotas, que contiene los hechos, hazañas, comilonas y peripecias del gigante Gargantúa y su hijo Pantagruel. Puso en esta obra todas las vulgaridades habidas y por haber, envueltas en un humor descarado y desenfadado porque, decía, "lo propio del hombre es reír", y porque entendía que era esa la única manera de lograr que las gentes comunes leyeran su libro, en cuyas entrelíneas puso sabiduría, moral, enseñanzas filosóficas y conocimientos de ciencia natural. "Si no aprendéis, reiréis al menos", dijo en su proemio "A los lectores". Efectivamente, hace ya medio milenio que los lectores de Rabelais se cagan de la risa, aunque entienden muy poco, como es su costumbre.

Pues bien, he aquí que don Francois Rabelais dedicó varios capítulos inolvidables al tema de la guerra. Me limitaré aquí a resumir esa narración, porque reproducirla íntegramente llevaría mucho tiempo y entiendo que vuestras mercedes están impacientes por entrar en combate, ya sea por los antioqueños, ya sea por los vallecaucanos.

El asunto es que los pastores del país de Gargantúa estaban muy entretenidos en la recolección de las uvas cuando acertaron a pasar por el camino los pasteleros de Lerné, cargados de pasteles y bollos que iban a vender a la ciudad. Los pastores, al verlos, les pidieron muy comedidamente que les vendieran unos cuantos bollos, pues tenían hambre y ganas de gozar de las delicias de unos buenos pasteles con uvas maduras, excelente remedio para el estreñimiento hasta el punto de que quien come tales golosinas se caga en los calzones cuando no tiene más intención que la de tirarse un pedo.

Los pasteleros respondieron la amable y alegre petición de los pastores, negándose rotundamente a venderles bollos y pasteles, y llamando a los dichos pastores "ordinarios, zafios, estúpidos, pelirrojos, charlatanes, perdidos, caraduras, desdentados, guaches, atarvanes, holgazanes, golosos, barrigones, pillos, vagabundos, rústicos, babiecas, tontos, parásitos, fatuos, hampones, pastores de mierda y otros epítetos difamatorios e insultantes, a tal punto que parecían intelectuales colombianos debatiendo sobre literatura (Rabelais, Cap. XXV).

De las palabras pronto se pasó a los hechos (digo yo, un poco tontamente, porque las palabras son hechos), y antes de que nadie dijera pío se armó la tremolina, varas y bastones hendieron el aire y los amables pastores propinaron a los pasteleros hijos de perra una paliza fenomenal.

Los pasteleros, de vuelta a Lerné, comparecieron ante su rey, Picrócolo, y le contaron en detalle cómo habían sido agredidos, vejados y vilipendiados, apaleados y escarnecidos por los feroces pastores. Picrócolo montó en cólera ipso facto e incontinenti, hizo publicar por todo el país sus decretos de guerra y movilización general, dispuso sus fuerzas y marchó contra el país de Gargantúa, invadió sus comarcas, insultó a sus gentes, maltrató a los niños, las mujeres y los ancianos, robó sus cosechas y saqueó sus casas. Vuestras mercedes entienden que todo esto era necesario, porque las guerras justas se hacen para impartir justicia (esto y otras cositas, en los Cap. XXVII y siguientes).

Bueno, para no hacer el cuento largo: los capítulos siguientes relatan el desarrollo de la guerra, la derrota del rey Picrócolo después de muchos contratiempos, sufrimientos y viscisitudes, así como la sabiduría y prudencia de Gargantúa y sus consejeros en esta prueba difícil. Luego de larga y cruenta guerra, Gargantúa tuvo el buensentido de aprovechar la ocasión para introducir cambios que hicieron más justa y humana la sociedad de su gente, fundando la Abadía de Thélème, ejemplo de armonía, alegría y buen vivir.

Lo que yo saco en limpio de esto, es más o menos lo siguiente: la guerra es asunto de necios. Los pastores tenían derecho a preguntar si podían comprar pasteles. Los pasteleros tenían derecho a decir que no querían vender sus pasteles, pero no tenían derecho a tratar a los pastores como si fueran contendientes en un debate colombiano sobre literatura. Los pastores tenían derecho a defenderse, pero no tenían derecho a responder las ofensas como si estuvieran participando en un debate colombiano sobre literatura. El rey Picrócolo tenía derecho a reclamar al país de Gargantúa, pero no tenía derecho a iniciar la guerra antes de haber tratado de arreglar el conflicto por la vía diplomática. Gargantúa tenía derecho a defender a su pueblo e hizo muy bien convirtiendo una guerra de imbéciles en una ocasión para sentar las bases de una sociedad más justa.

Solamente una cosa no me quedó clara, y es si los pasteles de Lerné son mejores o peores que las uvas maduras del país de Gargantúa. Esto, naturalmente, puede ser motivo válido para iniciar otra guerra, pero lo dejaremos para otra oportunidad, porque ahora se trata de saber si los vallecaucanos van a exterminar a los antioqueños, o viceversa.

Lean a Rabalais, vuestras mercedes, que la guerra feroz no debe ser impedimento para cagarse de la risa en esta vida.

Pues eso, por ahora.

Carlos Vidales .
Estocolmo, Suecia
+++
4.-
*** De: Leopoldo de Quevedo y Monroy ( pleniluniocali@gmail.com )
Re: "LITERATURA EN EL VALLE". DEBATE. "Carta a un licenciado iracundo". Por Julio César Londoño.
Enviado: domingo, 21 de octubre de 2007 09:39:47 a.m.
Para: NTC ( ntcgra@gmail.com )
Este debate, creo, ya se cierra con este texto de Vidales, tan comedido pero contundente.
El debate sale de boca de quienes se dicen literatos. Es en esa arena que se debe dar la lucha. Sin necesidad de embarrarla cada vez más diciendo sandeces como que la literatura francesa es más que la suiza, tal vez por el tamaño de la región o por el número de autores. ¿Qué hemos aprendido los intelectuales si no sabemos lo que es el etnocentrismo?
De verdad que la discusión es tan pueblerina, que se trata de saber quien pisó primero la raya o quién escupió más alto. No. Vidales pone punto final para decir que se trata de argumentar -no vociferar, -aprovechando los micrófonos que se brindan- por qué la literatura de Cundinamarca, Bogotá -centro- es más rica o importante que la del Valle o la de Antioquia. ¿Por Silva, por Cordovés Moure, por Calibán, o por quiénes? ¿Por su periodismo, por su poesía, porque muestran su folclor, sus dichos, su sabor? ¿Porque son muchos y buenos los autores? Por su peso, su aporte a la lengua? Hay que hilar muy delgadito cuando se trata de hablar de méritos y deméritos. El respeto al buen nombre, la medida en tratar decentemente al ser humano, es el principio superior de toda literatura y de toda cultura. Ah, además. ¿Se nos está olvidando que no hay culturas superiores ni inferiores y que toda cultura, todo pueblo es respetable?
Con todo respeto,
Leopoldo de Quevedo y Monroy
---
*** DE: NTC …
Octubre 22, 2007

A propósito de la PALABRAS: “GUERRA”* y “Mi declaración de guerra a …”*
Qué sonidos! Qué poder!! Qué peligrosas!!! Qué desestimulantes!!!! Qué destructoras!!!!! Qué ruidosas!!!!!! Qué rotos abren y cómo vulneran los lazos de la amistad (familiares)!!!!!!! Qué bien, por otro lado, que "los dirigentes están empezando a entender la importancia de la calidad del manejo del idioma"!!!!!!!! Qué rara tristeza que los “intelectuales” como que lo están empezando a des-entender … !!!!!!!!!
---
“Mi declaración de guerra a Fabio Martínez”
Palimpsesto, Blog literario de Julio César Londoño. Actualizado en 2007-10-21 11:53:26
http://www.elpais.com.co/blogs/principal/blog1.php?b=11&n=293
Gaceta Dominical de El País, De octubre 21 de 2007.

---
“…

Los analistas han concentrado sus esfuerzos en el estudio del lenguaje escrito, en la lectura y la escritura, pero no nos dicen nada sobre el lenguaje oral, que es quizá más necesario. Hay que enseñar los secretos de la exposición pública y la gramática de la conversación privada: el manejo del gesto, la mirada, la síntesis, la claridad, el tono, la pausa, la cortesía. Hay que insistir en la importancia de considerar la geometría del auditorio, y en el cultivo de una habilidad lingüística casi olvidada, el arte de saber escuchar.

Todo cuidado que se tenga con el lenguaje es poco. Las palabras son sonidos con poder y, por lo mismo, pueden ser peligrosas. Pueden estimular o destruir; comunicar un mensaje con claridad o distorsionarlo introduciendo ‘ruido’, estática. ¿Cuánto valen las pérdidas por las tergiversaciones que se introducen en las cadenas de mando del mundo empresarial? ¿Cuántas veces una frase torpe ha roto lazos familiares o vulnerado las relaciones entre los países? Por todas estas implicaciones, que van de lo micro a lo macro, del hogar a la geopolítica, los dirigentes están empezando a entender la importancia de la calidad del manejo del idioma, y los países invirtiendo sumas importantes en campañas agresivas tendientes a depurarlo. …”
Tomado de:
Pantallas, texto y oralidad . Por: Julio César Londoño
EL PAIS. Octubre 13 de 2007
http://www.elpais.com.co/historico/oct132007/OPN/opi02.html
---
*** "Yo no sé discutir en palabras muy elegantes", Alvaro Uribe Vélez, Presidente de Colombia.
“…
En el recibimiento a los jueces extranjeros, el presidente Uribe dijo que no sabía 'discutir con palabras elegantes', pero que respetaba la independencia de poderes. Corte Suprema habló de independencia.
….
A las 11:15 a.m. le llegó el turno al presidente Uribe. Aceptó que la visita de los jueces de la Corte Interamericana llega en "un momento de discusiones", pero dijo que "por el respeto a la democracia es preferible una discusión sincera y severa".
"Yo no sé discutir en palabras muy elegantes", aseguró.
…”
http://www.eltiempo.com/tiempoimpreso/edicionimpresa/justicia/2007-10-18/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-3770933.html
+++
*** "DEBATE": LITERATURA EN EL VALLE...
De Andrés Londoño <
juglarebrio@gmail.com >
fecha 25-oct-2007 0:52 asunto "debate": literatura en el valle...

Da vergüenza que un profesor de la escuela le pare bolas a Julio César Londoño como columnista, y que lo haga públicamente, y además, de una manera tan lamentable. En lo personal aprecio a Fabio Martínez, aunque tengo reservas con lo que escribe. Pero el asunto es que como estudiante de la Escuela de Estudios Literarios (UV) me da pesar y pena leer y ver circular estas cosas públicamente, ver a uno de mis profesores "enfaciendo entuertos", como dijo un amigo comentando el tema...

La verdad es que no había querido prestarle atención a estas vainas, pero la última respuesta de Londoño al amargo "debate" ya es la tapa, y pues lo pongo a circular a los compañeros de la U, por si algunos no se han enterado, y pa ver si vamos pensando en que estos "debates" son producto precisamente de un vacío de crítica enorme en la ciudad, vacío que tenemos que llenar precisamente los que estudiamos esta vaina... si no quienes??

En fin, aquí la última perlita acompañada de algunos textos que hablan precisamente de la altura que deben tener las discusiones para ser tales, editadas generosamente por Gabriel Ruiz en su blog
NTC …

Y otra cosita: esto es parroquial, si lo reenvían sean selectivos que las intenciones de esto no son desacreditar a nadie sino invitarlos a pensar el papel nuestro como universidad, escuela de literatura, estudiantes, profesionales, etcétera, dentro del panorama cultural de la ciudad y sus contextos... hace falta un órgano crítico que salga de nuestra escuela y que se dedique a generar opiniones válidas y clasificadas no solo sobre estos temas sino sobre los contextos literarios y culturales que nos afectan, a ver si nos ponemos la camiseta y comenzamos a construirlo.

Bueno gente, espero haberles picado la curiosidad lo suficiente como para que lean y comenten en el blog
http://literaturaenelvalle.blogspot.com/ , de donde extraigo lo que les envío. Saludes.

Johan.
---
*** DE: patricia caycedo de villaveces < pcvillaveces@hotmail.com >
para : NTC < ntcgra@gmail.com >, juglarebrio@gmail.com
fecha 25-oct-2007 12:22
asunto RE: "DEBATE": LITERATURA EN EL VALLE... De: Andrés Londoño, Estudiante de la Escuela de Estudios Literarios UV
De total acuerdo con el estudiante! (aunque yo sí "le paro bolas" a Julio César como columnista y como escritor, pero creo que en este debate con Fabio Martínez se les fueron las luces a ambos! Debería darles pena con los estudiantes! Y dejar de hacer la eterna y malsana comparación entre paisas y vallecaucanos...)
+++
5.-
CALI-GRAFIAS. LA CIUDAD LITERARIA. Antología bilingüe

De Martinez Erazo Hector Fabio < fabiomar@univalle.edu.co >
para ntcgra@gmail.com cc editorial@univalle.edu.co
fecha 01-nov-2007 18:01
asunto CALI-GRAFIAS. LA CIUDAD LITERARIA. Antología bilingue

CALI-GRAFIAS. LA CIUDAD LITERARIA

Los escritores Fabio Martínez, Hernando Urriago y Efer Arocha acaban de concluir la Antología bilingue "Cali-grafías. La ciudad literaria". Esta obra, que es un homenaje literario a la ciudad, será publicada por el Programa Editorial de Univalle http://programaeditorial.univalle.edu.co/index.php en coedición con la revista Vericuetos http://blogs.aol.fr/libiahb/VERICUETOS/ de París, que dirige el escritor Arocha.

Solicitamos a los siguientes escritores enviar su autorización para publicar un texto de su autoría en dicha antología.

La Universidad del Valle, por ser una entidad pública, se exime de pagar derechos de autor: Fernando Cruz Kronfly, Gustavo Alvarez Gardeazábal, MarcoTulio Aguilera, Rodrigo Parra Sandoval, Umberto Valverde, Marco Fidel Chávez, Armando Romero, Jotamario, Carmiña Navia, María Elvira Bonilla, Armando Barona, Cecilia Balcázar, Amparo Romero, Orietta Lozano, Julián Malatesta, Carlos Fajardo, Alejandro López, Hoover Delgado, Norman Muñoz, Omar Ortiz, Angela Rengifo, Angela Tello, Laureano Alba, Alvaro Burgos, José Zuleta, Jean Arb, Oscar Perdomo, Carlos Patiño, Antonio Zibara, Aníbal Arias, Marco Fidel Chávez, Fabio Arias, Sonia Truque, Diego Echeverri, Laureano Alba, Elizabeth Marín, Boris Salazar, Orlando López, Fernando Merino, Harold Kremer, Orlando López, Horacio Benavides, Pilar Quintana, Fernando Calero de la Pava, Germán Cuervo, Raúl Henao, Gerardo Rivera, William Ospina y Jaime García Mafla.

El envío para ceder sus derechos en esta Antología, deben hacerlo a Fabio Martínez: fabiomar@univalle.edu.co























No hay comentarios: